Navegación: en búsqueda del camino masónico

¿Qué tema para pensar?

No es un símbolo, ni una palabra masónica, pero cada día, cada minuto, durante toda la vida navegamos por un mar de tentaciones, en una selva con incontables senderos con destinos desconocidos. Así tenemos que navegar en cada momento entre la dualidad de lo bueno y de lo malo. Tenemos que decidir a dónde vamos. La palabra “navegar” tiene su origen en las palabras “navis agere” y significa conducir un barco.
En los barcos, en los coches y en cada Smartphone hay un sistema de navegación, llamado GPS. Me parece que la gente ha desaprendido a usar su navegación propia y se confían a un sistema de satélites. Hasta hace unos años no existía tal sistema y la gente encontraba su camino a pesar de todo. Los navegantes usaban las estrellas, mapas y su instinto. Era menos fácil pero igual de efectivo.

¿Existe un sistema de GPS para la vida cotidiana?

Quizás la masonería lo es, pero puede que no, porque la masonería no ofrece caminos fáciles, ni da órdenes de conducir. En la masonería cada hermano tiene que usar sus propias dotes, definir su propio destino. La masonería nos ofrece herramientas en forma de símbolos. Por ejemplo, las dos columnas que se encuentran en la entrada de nuestros Templos, las cuales significan la dualidad. Cada uno tendría que encontrar un camino dentro de esas columnas. También el pavimento mosaico con el cambio de azulejo negro y blanco (el cambio entre lo bueno y lo malo, de los tiempos alegres y tristes) y la escuadra, que nos recuerda que debemos ser rectos y honrados. Pero solamente son símbolos y no dan órdenes directas como “Gira la próxima a la izquierda”. Un símbolo nos da la libertad de planear nuestro camino propio.

Esta vida es un viaje y tenemos que mejorar la sensibilidad y la precisión de nuestro sistema de navegación. Es una forma de trabajar la piedra bruta de nuestro interior.

Es fácil seguir las instrucciones de otros al pie de la letra, porque si algo va mal no tenemos ni culpa, ni responsabilidad. Tal era así como que, una de las más frecuentes acusaciones de los delincuentes Nazis en el proceso de Nuremberg era el claro ejemplo de que el culpable siempre era el otro.
Más duro es, tomar las decisiones por uno mismo. Tenemos que pensar y al final tenemos la responsabilidad. También es más sencillo copiar opiniones de la mayoría porque más duro es formarse su propia opinión de algo. Así como es más sencillo seguir los prejuicios y más duro analizar las causas. Es más sencillo mentir y más duro decir la verdad. Es más sencillo odiar y más duro perdonar algo o a alguien.

Cada uno de nosotros podríamos pensar en más ejemplos de esos tipos caminos divergentes. El primer camino (fácil de primera vista, nadar en el corriente principal) es el camino de la ESCLAVITUD.
El segundo ES LO QUE NOS LLEVA A LIBERTAD DE MENTE Y DE CORAZÓN, ES EL CAMINO MASÓNICO.

Nadie muy rara vez en estos tiempos, elige el camino masónico, pero tenemos que recordar siempre, que tenemos la plena responsabilidad y siempre tenemos la opción de corregir nuestro camino. Con un sistema de navegación bueno, sin influencia negativa, con una voz fuerte que diga “¡Sigue tu camino, pero no eludas tu responsabilidad!”, SEGURO QUE SI, QUE VAMOS A REALIZAR UN BONITO, BELLO Y HERMOSO VIAJE.

Q.·.H.·. Wolfram H.·.

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